Habitualmente se formula por la vía negativa y en tono recriminatorio: “No se te van a caer los anillos”; para indicar que una persona no pederá su estatus o reputación por hacer una tarea que puede considerarse menor. Desde hace siglos, los anillos han sido objetos de valor o de ornamentación, pero también han representado el nivel social y el poder de algunos individuos, como es el caso de reyes y jefes religiosos. Baste recordar que algunos anillos también obran como sellos, en especial para dejar su marca en documentos lacrados. La expresión acude a la historia, en la que no se recuerdan casos en los que una persona de alto rango perdiera su cargo o viera deteriorada su imagen por realizar una labor doméstica o propia de un operario.
Deja un comentario