Se cree que Filipo de Macedonia (382-336 AC), padre de Alejandro Magno (356-323 AC) y, por lo que parece, muy conocedor de la conducta humana, fue el creador de esta fórmula que antes tenía que ver, exclusivamente, con la guerra y la política. Hoy es utilizada popularmente a modo de recomendación o para hacer alusión a determinadas situaciones en las cuales una persona, mediante distintos ardides, divide a sus oponentes o potenciales rivales para alcanzar una victoria más sencilla. También suele formularse: divide y reinarás.
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