Refiere a las oportunidades en que alguien se encuentra muy asediado, acorralado por problemas de difícil resolución. Su aplicación es muy variada, pues se escucha en casos en los que un individuo debe afrontar grandes deudas, es perseguido por la justicia, está apunto de ser involucrado en una mala acción o está llegando demasiado tarde a un compromiso. Cualquiera sea el caso que lo ha llevado a semejante aprieto, la frase remite a una situación, muy cinematográfica por cierto, en la que alguien está atrapado en un sitio a punto de ahogarse por efecto del agua.
Deja un comentario