Para darse ánimo en una situación comprometedora, una persona suele decir: “Vamos a ver si el león es tan bravo como lo pintan”. Cobra un sentido que apunta a querer comprobar si el rival de turno es tan fuerte o talentoso como dicen los comentarios. En otros casos no se trata de un oponente, sino de una acción o de un emprendimiento riesgoso al que, a pesar de las advertencias, igualmente nos vamos a enfrentar, tal vez por necesidad o al sólo efecto de aceptar el desafío. Se toma al león, animal temible y poderoso, para simbolizar el peligro al que nos vamos a exponer
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