Surgida del universo futbolístico, la frase alude al esfuerzo que deben realizar los jugadores dentro de la cancha para obtener el mejor resultado posible, más allá de que lo consigan o no, hecho que siempre es muy valorado por los hinchas. Dejar la camiseta bien empapada es clara evidencia de que se dejó todo en el campo de juego, de que la entrega fue total. Fuera del mundo deportivo, la expresión significa que hay que sacrificarse al máximo en pos de una meta individual o colectiva.
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