Se trata de una imagen muy difundida a través de los dibujos animados, en los que resulta habitual observar que un personaje le serrucha el piso a otro con un enorme y muy eficaz serrucho, de esos que usan los carpinteros. Deriva de una metáfora bastante evidente que propone derribar al que está por arriba de uno, quitarle el puesto o el cargo que tiene, generalmente en un contexto de competencia laboral. Claro, para que todo funcione correctamente el piso, indefectiblemente, debe ser de madera.
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