Puede formulase por la negativa: “No le queda mucho hilo en el carretel”, que representa su uso más extendido. Se orienta hacia las personas que abrigan pocas expectativas de seguir con vida. A veces adquiere otros significados, por ejemplo, cuando se alude a que alguien está próximo a jubilarse o que cuenta con escasas chances de alcanzar una meta. Los hilos se comercializan enrollados en un soporte cilíndrico, de madera o de plástico, denominado carretel; a medida que se va terminando puede observarse con claridad que “queda poco en el carretel”.
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