Al iniciarse una persona en la escritura, resulta muy común que encuentre serias dificultades con aquellas palabras que incluyen h o b. Esta circunstancia viene de hace mucho tiempo y es en ella que se inspiró la expresión popular. Cuando alguien comete errores, sobre todo muy seguido, intenta justificarse apelando a diferentes causas (representadas en la frase por las letras h y b), pero a pesar de que muchos consideran que errar es humano, la equivocación constante puede cansar al entorno y los motivos esgrimidos, por repetición, ya no sirven como excusa válida.
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