Hoy la decimos para designar a alguien muy mandón, que da demasiadas indicaciones o que pretende hacer las cosas siempre a su modo. Lo cierto es que su nacimiento, que se remonta a la España de hace pocos siglos, se vincula con un docente de muy dudosa existencia. Allá, en Badajoz, se popularizó un verso simple que decía lo siguiente: “Como maestro de Siruela, que no sabía leer ni escribir y puso escuela”. Aclaremos algunos puntos. Se observa que se habla de Siruela, poblado español, y no de ciruela, la fruta. Muchos piensan que el tal maestro nunca existió y que sólo se aprovechó la rima de Siruela con escuela. También tenemos que, en su origen, la expresión en verso apuntaba a criticar a alguien carente de conocimiento suficiente para emprender una tarea educativa, no como en la actualidad, cuyo sentido es el que se aclaró al comienzo.
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