Frase de larga tradición oral, que aparentemente surgió espontáneamente entre los pobladores de algún lugar indeterminado. No obstante, los romanos ya habían acuñado una especie de lema que incluía un concepto similar, el “quid pro cuo”, que traducido sería “algo por algo”. Nos habla sobre la reciprocidad que debe reinar entre las relaciones humanas: si alguien fue generoso con otra persona, esa persona debe corresponder dicha atención. Guarda estrecha relación con otras expresiones muy usadas, tales como “hoy por ti, mañana por mi” y “nobleza obliga”.
Deja una respuesta