Alude a las personas que tienen serios problemas para relacionarse y que, siempre, por uno u otro motivo, están enfrentados, protagonizando riñas y discusiones de distinta laya. El recurso de perro y gato al que apela la frase no hace más que seguir estigmatizando una lucha que nace en los albores de la vida sobre la Tierra, pues a nadie escapa que los perros y los gatos viven peleándose. Pero claro, desde que el hombre domesticó a estas dos especies, no faltan llamativos casos en los que un perro y un gato pueden demostrar que la frase es absurda. Esto último suele ocurrir cuando los animalitos se criaron juntos.
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