Esta alocución se utiliza para indicar que hay indicios de algo negativo que puede estar próximo a suceder. Se trata de advertencias, en forma de amenazas, que anuncian un mal que se está aproximando. Las balas representan las amenazas y, si pican cerca, se supone que el agresor no está lejos y que muy pronto puede provocarnos una herida grave o fatal. En Argentina, el relator de fútbol uruguayo Víctor Hugo Morales (1947) colaboró mucho con su difusión. Este aclamado periodista la usa para ilustrar los casos en los que un equipo está asediando a su rival, en especial, cuando sus disparos pasan cerca del arco del oponente.
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