Expresión que ha perdido su sentido original. Hoy se entiende por ella que nadie está libre de dar un mal paso o de que le ocurra alguna desgracia, asumiendo que hasta el que está más seguro de su inocencia puede ir preso. Pero en su gestación no significó lo mismo. Ocurre que en la España medieval existía una cárcel en el poblado de Segura, famosa por albergar gente de buen pasar y por presentar un régimen disciplinar bastante blando. Inclusive, la permanencia de los convictos solía ser muy breve en comparación con otros centros de reclusión. Cada vez que una persona era trasladada allí, se pensaba que no tenía mucho por qué temer. Así, se acuñó la frase “A Segura lo llevaron preso”, para indicar que la pena o el castigo sería menor de lo que efectivamente merecía el delincuente y, en un sentido más amplio, para cuestionar o denunciar una sanción demasiado leve.
Deja una respuesta